El alma es esencialmente luz , en el sentido literal desde el punto de vista vibratorio, y en el sentido filosófico del hecho de que la luz constituye el verdadero soporte del conocimiento. El alma , simbólicamente, es luz , porque ella es como los rayos del sol , que brillan en la oscuridad; el alma , con la ayuda del cerebro, provoca la revelación. Ilumina el cerebro y así el camino del ser humano es más luminoso . El cerebro es como el ojo del alma , mirando al mundo físico ...
El corazón del hombre es luz y en esta luz veremos a Dios. En esta luz nos encontramos. En esta luz todas las cosas son reveladas.
Cuando un hombre, literalmente , camina en la luz de su alma y la clara luz del sol afluye a través de él ‑revelando el sendero‑ revela al mismo tiempo el Plan. Sin embargo , simultáneamente, es consciente de que el Plan está aún muy lejos de su consumación. Lo oscuro se destaca; se revela el caos , el sufrimiento y el fracaso de los grupos mundiales; se observa la suciedad y el polvo de las facciones en lucha y el dolor del mundo presiona al consternado, aunque iluminado aspirante . ¿Podría resistir esta presión? ¿Podrá, en realidad, conocer el dolor y sin embargo regocijase eternamente en la conciencia divina ? ¿Será capaz de enfrentar lo que revela la luz y seguir su camino con serenidad, seguro del triunfo final del bien? ¿Será vencido por el mal superficial y olvidará el corazón de amor que palpita detrás de todas las apariencias externas ? El discípulo debe recordar siempre esta situación, o será destruido por lo que ha descubierto. Alice A. Bailey
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