LA CIÊNCIA DE LA LUZ
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Mientras que el ser humano no piense por sí mismo, no puede colaborar de manera inteligente, dispuesto y comprensivo, con las fuerzas de evolución. Si el ser humano no está imbuido del espíritu de buena voluntad no podrá responder a la voluntad al bien, fuerza motivadora e impulsora del Plan divino. Alice A Bailey
EL RAYO DE LUZ
"El pensamiento de un crecimiento de luz gobierna todas las aspiraciones formadas en el espíritu humano ."
Es la comprensión de este pensamiento, lo que inspira a Dag Hammarskjöld a la concepción de un espléndido símbolo de sus aspiraciones, situando delante de los hombres de todas las naciones en la Sala de Meditación en la Sede de Naciones Unidas, en Nueva York.
"...existen cosas sencillas que nos hablan con el mismo lenguaje. Las hemos buscado y creemos haberlas hallado en el rayo de luz que ilumina la brillante superficie de la roca sólida.
Es por eso, que en el centro de la sala de meditación vemos este símbolo: la luz de los cielos, proporcionando diariamente vida a la tierra, es el símbolo para muchos de nosotros, de la forma en que la luz del espíritu da vida a la materia."
“... el rayo de luz ilumina la piedra, en una sala despojada de adornos. No existe otro símbolo ni nada que distraiga nuestra atención, o rompa la quietud dentro de nosotros...”
“Queremos recuperar nuevamente la quietud que hemos perdido en las calles y en las salas de conferencias, y traerla a una atmósfera donde ningún ruido, impactará nuestra imaginación. En esta atmósfera queremos llevar, nuevamente, nuestros pensamientos a los hechos elementales, los hechos a los que siempre nos enfrentamos, a la vida iluminada por la luz, mientras estamos en la Tierra. Dag Hammarskjöld
Uno de los más íntimos amigos de Dag Hammarskjöld, refiriéndose a esa sala, escribió lo siguiente:
"En esa sala, no había nada que representase una religión, sin embargo parecía tener el poder de impartir a los hombres de todas las religiones, o de ninguna, la actitud que debe preceder a la comprensión humana, cualquiera que sea su cualidad ‑un sentido de humildad y de quietud. Para la mayoría de nosotros, la roca y la luz expresan algo del campo, en el cual el espíritu humano podría desarrollarse hasta lo infinito, o fijarse y transformarse en piedra.
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