La Federación Galáctica fue llamada para contrarrestar las numerosas
explosiones atómicas y de hidrógeno, tanto en el suelo como en la atmósfera,
para que por medio de maquinas especiales se pudiera restaurar nuestra
estabilidad orbital planetaria. Sobre todo, estaban muy preocupados en relación
con la Bomba de Hidrógeno. Ellos consideran el hidrógeno como una sustancia
sagrada y viva. Su uso con fines destructivos hubiera podido encender todo
nuestro Sistema Solar, así como producir gravísimas repercusiones en las
órbitas de muchos sistemas solares adyacentes. De hecho, y como resultado de
nuestras explosiones atómicas y de hidrógeno, la Tierra ha experimentado
pequeños desplazamientos en su eje y está en constante peligro de inclinarse
completamente sobre sus ejes de forma prematura.